Privacidad: Las plantas son uno de los mejores recursos para poner una barrera a las miradas externas y llenar de verde nuestra propia vista pero cómo cansa la eterna maceta tirada en el piso ¿no? Mirá qué manera original de desarrollar una enredadera en pleno balcón; y otra forma es elegir plantas livianas y altas que desarrollen follaje que tape. Para dar privacidad también podés cubrir la parte baja del balcón con distintos materiales: varillas, cañas o mimbre (que el rollo lo podés comprar en viveros o en el Tigre). También podés preguntar en tu consorcio si te autorizan a cerrarlo con una ventana; o podés ser bien original y colocar una cortina de tela para manejar a tu antojo cuánto ven o no tus vecinos.

Verde: Uno de los toques que más vida le da a los balcones es el verde y la mejor manera de aprovechar toda esa vivacidad es ubicar las macetas en altura para que no queden por el suelo, donde no se las aprecia tanto. Por comodidad, lo más usual es colgar las macetas de la baranda del balcón pero hay otras formas de colgarlas que hasta son menos peligrosas. Amurá un panel de varillas de madera del tipo que quieras y simplemente colgá las macetas para que queden a la altura de los ojos. Otra forma de levantar las macetas a la vista es acomodarlas en los escalones de una escalera y la ubicás contra la baranda estarás ayudando a mantener la privacidad.

Calidez: Muchas veces lo que no atrae de los balcones es que son metros inhóspitos que no invitan a nada y eso es porque carecen de calidez. La madera es el material que inmediatamente da ese toque y lo conseguís cubriendo la cerámica del suelo con baldosas de deck que se compran en viveros o supermercados para el hogar. También podés cubrir el piso frío con mimbre y piedras para hacer un jardín seco; tal vez tu balcón admitiría panes de pasto; y si no querés trabajar mucho ¡cubrí el piso con una alfombra!: con poco armarás un lindo rincón.

Amoblar: Hay montón de lindos muebles de exterior nada caros que hacen del balcón una extensión del living: bancos de madera; sillitas de hierro; sillas de tela; camas paraguayas; hamacas; bancos de madera, pufs y colchones. Y los toques finales: ¡Animáte a los almohadones! con fundas lavables para mantenerlas siempre impecables; luces y velas por todos lados; y mesas de apoyo que son las que invitan a sentarse.

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